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Sitios de Islas Marietas

El Amarradero

La principal referencia de este lugar es una roca que sobresale en la superficie, sitio donde comúnmente se inician las inmersiones. El nombre del lugar se debe a que es donde las embarcaciones se anclan o amarran en el fondo a un par de muertos. 

En el descenso se llega a un fondo arenoso, es importante prestar atención a las rocas ya que se hallan varias especies de opistobranquios y caballitos de mar (Hippocampus ingens). Conforme se avanza se encuentra un canal donde las rocas de gran tamaño se hacen presentes albergando colonias de corales ramosos (Pocillopora elegans) e incrustantes (Pavona gigantea), corales frágiles por lo que no deben ser tocados o golpeados. Las rocas albergan también gorgonáceos, esponjas, moluscos y gran cantidad de peces de arrecife.    

El Bajo de la Manta

Desde la superficie se visualiza una gran piedra redonda solitaria observable a 3 o 4 m de profundidad, misma por la que se desciende hasta el fondo.

Los lugareños han denominado así a este lugar ya que en temporada fría se pueden observar gran cantidad de rayas (raya Gavilán: Aetobatus narinari, raya látigo: Dasyatis brevis, raya redonda: Urobatis concentricus) y mantas gigantes (Manta birostris) en los alrededores. El fondo está compuesto principalmente por zonas arenosas con cantos rodados y grandes rocas. En estas últimas se encuentran comunidades de corales blandos (arbolito de mar: Leptogorgia rigida, abanico de mar: Pacifigorgia media) y fauna integrada por peces, estrellas de mar, erizos y opistobranquios, además de algunas macroalgas del género Caulerpa.

La Pared

Este sitio está formado por un acantilado que comienza desde la superficie de Isla Redonda, sobre el cual se aprecia una mancha de guano de pájaros bobo (familia Sulidae) de 1.5 m de diámetro aproximadamente. 

El descenso se inicia sobre la pared del acantilado en dirección vertical. El fondo es de composición rocosa combinado con zonas arenosas. Durante el recorrido se aprecian colonias de coral incrustante (Pavonea gigantea) y corales blandos del género Leptogorgia sobre las grandes rocas. Debido a la erosión oceánica se han formado grietas y cuevas  a las cuales se puede acceder, de preferencia con una lámpara.

Es posible encontrar opistobranquios de tallas considerables  como el dórido viscoso (Tambja abdere)​ y especies pequeñas como el dórido tinta (Polycera alabe).

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